Estas pantallas AMOLED se usan fundamentalmente en dispositivos móviles tales como teléfonos móviles y consisten principalmente en un conjunto de píxeles OLED que se integran en transistores de película fina, TFT, para crear una matriz de píxeles los cuales se iluminan cuando sea activan de manera eléctrica estando controlados por interruptores que regulan el flujo de corriente que recibe cada uno de los píxeles.
De este modo, el TFT regula la corriente que fluye por cada uno de dichos píxeles pudiendo diferenciar cada pixel en función del nivel de brillo que mostrará. Lo usual es que dicha corriente se controle usando dos TFT por pixel; uno se encarga de iniciar y detener la carga del condensador mientras que el otor se encarga de proporcionar el nivel apropiado de tensión al pixel para crear una corriente constante y evitar los picos de alta corriente. Estas pantallas AMOLED cuentan con cuatro capas (capa del ánodo, capa intermedia orgánica, capa del cátodo y la capa que contiene toda la circutería) tal y como vemos representado en la imagen superior. Visto así seguro que te preguntarás, ¿qué diferencias aporta con respecto a una pantalla OLED?
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